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jueves, 30 de octubre de 2014

La Vaquita


                         
++++ PARA REFLEXIONAR++++

Cuenta una historia de la India, que un maestro paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.
Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó: En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí? el señor calmadamente respondió:

-amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros alimentos en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, manteca, y otros productos para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo.

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó: busque la vaquita, y tráigala. Vamos a llevárnosla.

El joven miró al maestro con estupor y le cuestionó el hecho, porque la vaquita era el único medio de subsistencia de esa familia. Más como percibió el silencio absoluto del maestro, cumplió presuroso la orden.

Durante años, el discípulo jamás supo el destino que el Maestro dio a la vaquita.
Un día, el joven resolvió dejar a su maestro y regresar a aquel lugar para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.

Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con un automóvil en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado, imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático, el joven preguntó por la familia que vivía ahí hace unos años, el señor respondió que seguían viviendo ahí.

Consternado, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor:

-¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar la vida? El señor entusiasmado le respondió:

-nosotros teníamos una vaquita, pero un día, desapareció y nunca mas supimos de ella, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos. Así, alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora…

————————————————
El ser humano tiende a ser perezoso. Mantiene su confusión en el mundo y queda atrapado por lo que sus sentidos, le hacen creer que es real. En algunos casos intuye que hay algo más, o mucho más, que lo que ha conocido hasta ahora, pero así y todo le cuesta tomar la decisión de perder aquello que cree que posee y que en realidad lo posee a el mismo, y poder ganar su libertad.
En esta evolución, solo se trata de elegir despertar, o de seguir dormido. Una vez que la rutina se hace carne y nos aprisiona, son muy pocos los heroicos que quieren sacudir esa chatura, esa inercia y despertar a una realidad mucho mas trascendente; pero que al comienzo no es tan visible. Son pocos los héroes y muchos los mendigos. La gran mayoría de la humanidad, ya sabemos, usa una muy limitada capacidad de su cerebro para crear y recrear su historia, de allí que a veces aparecen los Maestros, encarnaciones concientes de su divinidad, que si bien se mueven por el planeta con un cuerpo, un nombre y una forma, jamás son atrapados por el juego de la personalidad mundana
(Anthony De Mello)

(MUCHAS VECES LO PEOR QUE NOS PASA ES LO MEJOR QUE NOS PUEDE PASAR)
Claudio Maria Dominguez


lunes, 27 de octubre de 2014

Te he buscado



TE HE BUSCADO, SEÑOR.
Y te he encontrado en el amor.
Y te he visto en el hermano.
Y he te tocado en el triste.

TE HE BUSCADO, SEÑOR.
Y en la oración he hablado contigo.
Y en la paz te he abrazado.
Y en el perdón te he descubierto.

TE HE BUSCADO, SEÑOR.
Y en la alegría te he visto sonreír.
Y en la fraternidad me has visitado.
Y en la Palabra te he escuchado.

TE HE BUSCADO, SEÑOR.
Y, después de buscarte, Señor,
es cuando me he dado cuenta
de que por fin te he encontrado.

GRACIAS POR DEJAR QUE TE BUSQUEMOS, SEÑOR.

LA ALEGRÍA ERES TÚ, SEÑOR.





jueves, 23 de octubre de 2014

Sacos de amor


Dos hermanos, el uno soltero y el otro casado, poseían una granja cuyo fértil suelo producía abundante grano, que los dos hermanos se repartían a partes iguales.

Al principio todo iba perfectamente. Pero llegó un momento en que el hermano casado empezó a despertarse sobresaltado todas las noches, pensando: «No es justo. Mi hermano no está casado y se lleva la mitad de la cosecha; pero yo tengo mujer y cinco hijos, de modo que en mi ancianidad tendré todo cuanto necesite. ¿Quién cuidará de mi pobre hermano cuando sea viejo? Necesita ahorrar para el futuro mucho más de lo que actualmente ahorra, porque su necesidad es, evidentemente, mayor que la mía».

Entonces se levantaba de la cama, acudía sigilosamente adonde su hermano y vertía en el granero de éste un saco de grano.

También el hermano soltero comenzó a despertarse por las noches y a decirse a sí mismo: «Esto es una injusticia. Mi hermano tiene mujer y cinco hijos y se lleva la mitad de la cosecha. Pero yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo. ¿Es justo, acaso, que mi pobre hermano, cuya necesidad es mayor que la mía, reciba lo mismo que yo?».

Entonces se levantaba de la cama y llevaba un saco de grano al granero de su hermano.

Un día, se levantaron de la cama al mismo tiempo y tropezaron uno con otro, cada cual con un saco de grano a la espalda.

Muchos años más tarde, cuando ya habían muerto los dos, el hecho se divulgó. Y cuando los ciudadanos decidieron erigir un templo, escogieron para ello el lugar en el que ambos hermanos se habían encontrado, porque no creían que hubiera en toda la ciudad un lugar más santo que aquél.


lunes, 20 de octubre de 2014

LO QUE LA LLUVIA SE LLEVÓ


Una hormiguita, como toda buena hormiga era trabajadora y servicial. Se la pasaba acarreando hojitas de día y de noche, casi no tenía tiempo para descansar.  Y así transcurría su vida, trabajando y trabajando. Un día fue a buscar comida a un estanque que estaba un poco lejos de su casa, y para su sorpresa, al llegar al estanque vio como un botón de lirio se abría y de él surgía una hermosa y delicada florecita. Entonces se acercó:
-    Hola, ¿quién eres?

La florecita contestó:
-    Soy un lirio.
-    ¿Sabes que eres muy bonito?, dijo la hormiguita.
-    Gracias. Tú eres muy simpático, ¿qué eres?
-    Soy una hormiga. Gracias también.

Y así la hormiguita y el lirio siguieron conversando todo el día, haciéndose grandes amigos. Cuando iba a anochecer la hormiga regresó a su casa, no sin antes prometer al lirio que volvería al día siguiente.  Mientras iba caminando a casa, la hormiga descubrió que admiraba a su nuevo amigo, que lo quería muchísimo y se dijo:
-    Mañana, le diré que me encanta su forma de ser.

Y el lirio al quedarse solo se dijo:
-    Me gusta la amistad de la hormiga, mañana cuando venga se lo diré.

Pero el día siguiente la hormiguita se dio cuenta de que no había trabajado nada el día anterior, así que decidió quedarse a trabajar y se dijo:
-    Mañana iré con el lirio. Hoy no puedo, estoy demasiado ocupada, pero mañana le diré que lo extraño.

Al día siguiente amaneció lloviendo, y la hormiga no pudo salir de su casa y se dijo:
-    ¡Qué mala suerte, hoy tampoco veré al lirio!   Bueno, no importa, mañana le diré todo lo especial que es para mí.


Al tercer día la hormiguita se despertó muy temprano y se fue al estanque, pero al llegar encontró al lirio en el suelo, ya sin vida. La lluvia y el viento habían destrozado su tallo. 

Entonces la hormiguita pensó:
-    ¡Qué tonta fui, desperdicié demasiado tiempo.  Mi amigo se fue sin saber todo lo que lo quería.  En verdad me arrepiento.

Y así fue como ambos nunca supieron lo importante que eran. 

No esperes el final de tu vida para arrepentirte.  No esperes el mañana para soñar, y por ningún motivo dejes de decirle a esa persona que la quieres.

miércoles, 15 de octubre de 2014

HÉROE DEL DÍA


 En una cena que aglutina especialmente a amigos y familiares de niños con capacidades especiales, el padre de uno de estos chicos, pronunció un discurso que nunca será olvidado por las personas que lo escucharon.  Después de felicitar y exaltar a la institución y a todos los que trabajan por y para ella, este padre, hizo el siguiente razonamiento:
-    "Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza, el orden natural de las cosas alcanza la perfección. Pero mi hijo, no puede aprender como otros chicos lo hacen. No puede entender las cosas como otros chicos. ¿Dónde está el orden natural de las cosas en mi hijo?"

La audiencia quedó impactada por la pregunta.  El padre del niño continuó diciendo:
- "Yo creo que cuando un niño como Facundo, física y mentalmente discapacitado viene al mundo, una oportunidad de ver la verdadera naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño".

Entonces contó que un día caminaba con su hijo, por la vereda de un pequeño club de barrio, donde, tras un alambrado, algunos chicos jugaban al fútbol. Facundo le preguntó a su padre: "¿Crees que me dejen jugar?" Su padre sabía que a la mayoría de los muchachitos nos les gustaría que alguien como Facundo jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidades especiales.

Ingresaron por una abertura del alambrado, que en otro tiempo había poseído un pequeño portón de chapa. Cuando en el transcurso del juego, se acercó al sitio donde estaban parados, el chico que tenía la raída cinta de Capitán de uno de los equipos que estaban jugando, en su brazo izquierdo, y le preguntó (sin esperar mucho) si "Facundo, podría jugar..."

El chico miró alrededor, como buscando alguien que lo aconsejara y dijo: - "Estamos perdiendo por dos a uno, y al partido le quedan unos quince minutos.  Supongo que puede unirse a nuestro grupo de suplentes y trataremos de que entre un rato antes del final."

Facundo se desplazó con dificultad hasta "el banco de suplentes" y con una amplia sonrisa, se puso una camiseta del equipo, traspirada y abandonada en el suelo por un jugador reemplazado, que, fuera de la cancha, se encontraba absorto, frotándose un tobillo hinchado.

Mientras Facundo se sentaba entre el grupo de los que esperaban su posibilidad de jugar, su padre lo contemplaba. Los otros chicos notaron algo muy evidente: la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado.  Cuando faltaban cinco minutos para terminar el partido, el equipo de Facundo logró empatar el encuentro, con un verdadero "cañonazo" increíble, desde la mitad de la cancha, que sorprendió al encandilado arquero, al venir del lado del sol, que caía con la tarde.

Quedaban algunos instantes cuando ocurrió otro hecho notable: una mala entrega de un defensor adversario, permitió al centro delantero "del equipo de Facundo" hacerse de la pelota en el área y cuando se aprestaba a definir con todas las posibilidades, el defensor, ofuscado por su desafortunada jugada anterior, lo "barrió" desde atrás; pitando el árbitro sin titubear: ¡Penal! ¡Penal sobre la hora...!  En medio de los acalorados festejos del equipo, por la incomparable oportunidad de ganar y sobre la hora al tradicional oponente, se vio que el centro delantero, encargado principal de patear los penales, apenas podía ponerse en pie por el fuerte golpe recibido.

Fue allí que el muchachito con la cinta de Capitán del equipo convocó al grupo de jugadores que deliberaba sobre quién patearía la pena máxima y les indicó a todos, a voz en cuello, y señalándolo a Facundo: - ¡Tenemos entre los suplentes, al mejor pateador de penales del equipo! ¡Nos queda un cambio!”  Y dirigiéndose al árbitro le indicó:
-    ¡Yo salgo, y él entra a patear el penal.

El referí aceptó la propuesta, mientras autorizaba el relevo de los jugadores, en medio de la sorpresa del resto del equipo del Capitán, que se dirigía hacia Facundo, sentado aturdido en el borde del campo.  Llegó a su lado, le dio la mano y... de un tirón, lo puso de pie, le dio un ligero abrazo y cuando se alejaba despreocupado, giró y le gritó: "¡Suerte!.
 
Facundo, obviamente extasiado sólo por estar en el juego y en el campo, sonreía de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde un poco más lejos, mientras en su cabeza un torbellino de preguntas se sucedían sin control: "con esta oportunidad, ¿le dejaban patear y renunciar a la posibilidad de ganar el partido?"  Sorprendentemente, Facundo ingresó a la cancha. 
 
Sus dificultosos pasitos y su desmañada figura, indicaron a todos los jugadores del campo, que un certero disparo por parte de Facundo era imposible. Así hubiera sido un teórico experto en fútbol, todos se dieron cuenta de que no podría, quizás, hacer llegar la pelota al arco.  Sin embargo, mientras se paraba delante de la pelota ubicada en el círculo, a doce pasos del arquero ponente, el padre de Facundo tuvo la grata sensación de que quizás, el otro equipo estuviera dispuesto a perder para permitirle a su hijo tener un gran momento en su vida.

Facundo se movió unos pasos al frente y golpeó la pelota muy suavemente. El arquero, que notó obviamente la dirección que llevaba el balón, se arrojó hacia ese costado, pero como para "sacarla" desde el ángulo superior del arco, mientras la pelota ingresaba, apenas rodando bajo su cuerpo, y trasponía la línea del gol.  El árbitro convalidó el tanto y pitó dando por terminado el partido...

Facundo, con sus brazos en alto, rebosando felicidad, giró la cabeza mirando a su padre... mientras (cosa extraña) los jugadores de ambos equipos lo vitoreaban y abrazaban como el héroe que convirtió el gol que dio a su país el campeonato mundial de fútbol... "Ese día", dijo el padre, "los chicos de los dos equipos, ayudaron, dándole a este mundo un trozo de verdadero, cálido y prístino, amor humano".

Facundo no sobrevivió otro verano. Murió ese invierno, sin olvidar nunca haber sido el héroe, y haber hecho a su padre muy feliz, haber llegado a casa, y ver a su madre llorando de felicidad y abrazando a su héroe del día.
 

Autor Desconocido 

sábado, 11 de octubre de 2014

Contempla el cielo, ¡qué bello es!


Contempla el cielo, ¡qué bello es!

Contempla la tierra, ¡Cuánta belleza!
Contempla ambos, a la vez, ¡qué maravilla!
El Señor los ha hecho, Él los rige y los gobierna.
Él está presente en todo su proceso evolutivo
y en sus períodos.
Por eso todas las criaturas lo glorifican,
ya sean animados como los inanimados,
ya sean los seres del cielo como los de la tierra
ya sean los seres en crecimiento como los en envejecimiento.
Cuando gozas de este espectáculo maravilloso
y te sientes inundado por lo Trascendente,
confiesa que Él es el Creador del cielo y la tierra.
Pero, ¡ojo!, no te quedes disfrutando sólo de lo que hizo,
Olvidándote del que lo hizo.
Si amas lo que hizo,
ama mucho más a quien lo hizo.
Si son hermosas las cosas que creó,
Cuánto más hermoso es el que las creó!

San Agustín

viernes, 10 de octubre de 2014

20 cosas que hacer y que no hacer durante la Santa Misa

Hay ocasiones en que nuestro comportamiento puede sobrepasar las normas en el Templo y causar con esto una distracción durante la Misa


Muchas veces, por desconocimiento mismo del acto que estamos celebrando, cometemos actos imprudentes durante la Misa que pueden perturbar, sin querer, a los fieles asistentes. Hay ocasiones en que nuestro comportamiento no es adecuado y puede sobrepasar las normas en el Templo y causar así una distracción a los fieles presentes.
A continuacion, un pequeño documento que puede permitirnos abrir un poco los ojos y estar alertas ante estos eventos para así practicar un adecuado comportamiento durante la Santa Misa. Espero que pueda serles de utilidad.

20 cosas que hacer y que no hacer durante la Santa Misa
  1. Cómida rápida antes de la Misa. Es norma de la Iglesia que conservemos el ayuno durante al menos 1 hora antes de recibir la Sagrada Comunión. El agua y la medicina pueden ser consumidos, por supuesto. El propósito es ayudar a prepararnos bien para recibir a Jesús en la Eucaristía y no sentirnos con molestias estomacales antes de comer el Cuerpo de Cristo

  2. No se admiten comidas ni bebidas en la Iglesia. Las excepciones serían una bebida para los niños pequeños, el agua para el sacerdote o el coro (con discreción) y agua para los que están enfermos. Traer un aperitivo a la iglesia no es apropiado. La iglesia siempre debe verse como un lugar de oración y reflexión.

  3. Los hombres deben quitarse sus sombreros o gorros. Es de mala educación llevar un sombrero o gorro en una iglesia. Si bien, puede ser moda cultural, no lo es dentro del templo. Así como nos quitamos los sombreros con respeto para el Juramento a una Bandera o un Himno, debemos hacerlo también en la Iglesia; como una señal de respeto.

  4. No mastique chicle en la iglesia. Se rompe el ayuno, es una distracción, se considera de mala educación en un ambiente formal, y esto no ayuda a nadie a su alrededor a orar mejor, pues causa distracción. ¿Puede usted imaginar al Papa haciendo explotar un bola de chicle durante la Santa Misa?

  5. Hágase la Señal de la Cruz al entrar y salir de la Iglesia. Este es un recordatorio de nuestro bautismo, que nos hace miembros de la Iglesia de Cristo. Solo trate de no perder de vista lo que sucede cuando lo hace y no lo haga sin decir una oración.

  6. Vestir modestamente y apropiadamente. Use su mejor traje o vestido. Como católicos creemos que Dios viene a nuestro encuentro en cada Misa. Así que, ¿por qué no habríamos de vestir formalmente?. Sin importar si usted es de bajos recursos económicos, lo más seguro es que tenga algún atuendo que refleje modestia y pulcritud.

  7. Llegue por lo menos unos pocos minutos antes. Si por alguna razón usted no puede llegar a tiempo, trate de sentarse en la parte trasera para que no moleste a otras personas mientras busca un asiento. Llegar a la misa temprano permite orar y prepararse mejor para la Misa.

  8. Los teléfonos celulares no deben usarse nunca en la Misa para llamadas o mensajes de texto. Las excepciones son las emergencias (las grandes, no las de todos los días) y si usted hace uso de uno, por favor salga de la iglesia para hacerlo. Si usted está utilizando el teléfono para las lecturas y oraciones, puede ser apropiado, pero trate de ser discreto.

  9. No se siente en el borde de la banca si la ves vacía. Más bien, siéntese en el medio para que otros no tengan que pasar por encima de usted. Además, los Hombres deben ofrecer sus asientos a cualquier dama, ancianos, discapacitados, etc

  10. Hacer una genuflexión hacia el Tabernáculo cuando entres y salgas de la Iglesia. Cristo está presente allí por todos nosotros. Al permitir que nuestra rodilla derecha golpee levemente el suelo, reconocemos que Él es nuestro Señor y Dios. Si alguno está físicamente incapacitado para hacer una genuflexión, haga un leve arco o baje la cabeza, es suficiente. Durante la Misa, si pasa delante del altar o tabernáculo, haga un arco con reverencia por respeto.

  11. Por favor, haga silencio mientras esté en la Iglesia. Una vez que usted entra al santuario no es el momento ni el lugar para charlar con los que te rodean. Si usted tiene que hablar de algo importante, hágalo de la forma más silenciosa y breve posible. Recuerde que su conversación podría estar perturbando a alguien que está concentrado en su oración, lo cuál es mucho más importante.

  12. Lleve a los niños a la parte posterior para calmarlos. Todo padre sabe que a veces el bebé va a tener un mal día. No haga también malo el día para todos los demás. Siéntese en el extremo de un banco, si es posible, lleve al niño a la parte de atrás rápidamente. No espere demasiado tiempo antes de tomar una decisión. No hay ninguna razón para estar avergonzado de tener que calmar a su hijo en la parte posterior de la iglesia. Peor es que puedan molestar en misa continuamente.

  13. Prepare su ofrenda antes de la Misa. Cristo nos dice que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Mantener la cesta por tiempo indeterminado mientras usted consigue su billetera a veces puede convertirse en toda una escena.

  14. No hay lectura de anuncios durante la misa. Imagínese si usted invita a una persona a su casa y antes de la cena (o durante) se decide a leer una revista en lugar de hablar con él. Eso es lo que está sucediendo en la casa de Dios cuando usted lee un anuncio.

  15. Respetar los límites que otros pueden tener. Es posible que la persona que tiene al lado desee tomarse de las manos para orar, o puede que no. Podrían estar enfermos y no querer acercarse a usted durante el saludo de la paz. Respete los límites. No hacer ningún juicio innecesario porque ellos actúen de manera diferente.

  16. Haga una leve inclinación antes de recibir la Sagrada Comunión. Allí está Dios, entonces, muestre su respeto con una inclinación de cabeza al menos. Esta es una práctica antigua que se ha mantenido hasta el día de hoy.

  17. No recibir el Vino del cáliz si está usted enfermo. Este es un acto de caridad y no es necesario recibirlo, pues ya ha recibido la totalidad del cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesús en la Sagrada Hostia

  18. No salir temprano. Debemos permanecer hasta el final de la Misa y el himno o canto de cierre que la acompaña. Aunque sin duda hay excepciones a esta pauta. La mayoría quienes dejan la misa temprano no necesitan hacerlo y tampoco deberían hacerlo.

  19. Ore después de la Misa si se siente llamado a hacerlo. Es una buena costumbre, aunque no se requiere, ofrecer una oración de acción de gracias después de que la Misa ha terminado.

  20. Despídase tranquilamente. Le animamos a saludar a los demás, pero hágalo una vez que esté fuera del santuario principal de la iglesia para que no moleste a otras personas que quieren quedarse a orar. Así que, por favor, manténgase en silencio dentro del templo y luego al salir salude.
Ten presente que en la Santa Misa asistes al Sacrificio de Cruz de nuestro Señor. En la Santa Misa se hace presente la Santísima Trinidad. También (por experiencia y revelaciones de santos místicos), la Virgen María, los Santos y los Ángeles vienen a ser parte de este acto de adoración. Es por ello que le debemos un Santo respeto
No asistas a Misa solo por cumplir, a la Misa hay que vivirla. Cada Misa tiene valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo Jesucristo, el Hijo del Dios vivo.

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Qriswell J. Quero | Píldoras de Fe
Extracto central Catholic Say traducido por PildorasdeFe.net

http://www.pildorasdefe.net/post/conocetufe/IHS.php?id2=20-cosas-que-hacer-y-que-no-hacer-durante-la-Santa-Misa

miércoles, 8 de octubre de 2014

Solo desde el amor


Sólo desde el amor la libertad germina,

sólo desde la fe van creciéndole alas.



Desde el cimiento mismo del corazón despierto,
desde la fuente clara de las verdades últimas.



Ver al hombre y al mundo con la mirada limpia
y el corazón cercano, desde el solar del alma.



Tarea y aventura: entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo, gozo y misericordia.



Aceite derramado para que el carro ruede
sin quejas egoístas, chirriando desajustes.



Soñar, amar, servir, y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras, tú que sabes mi nombre.

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