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domingo, 28 de septiembre de 2014

EL HEREDERO




Érase una vez un reino europeo que estaba regido por un rey muy cristiano, y con fama de santidad, que no tenía hijos. El monarca envió a sus heraldos a colocar un anuncio en todos los pueblos y aldeas de sus dominios. Este decía que cualquier joven que reuniera los requisitos exigidos, para aspirar a ser posible sucesor al trono, debería solicitar una entrevista con el Rey. A todo candidato se le exigían dos características:

1º. Amar a Dios.

2º. Amar a su prójimo.

En una aldea muy lejana, un joven leyó el anuncio real y reflexionó que él cumplía los requisitos, pues amaba a Dios y, así mismo, a sus vecinos. Una sola cosa le impedía ir, pues era tan pobre que no contaba con vestimentas dignas para presentarse ante el santo monarca. Carecía también de los fondos necesarios a fin de adquirir las provisiones necesarias para tan largo viaje hasta el castillo real.

Su pobreza no sería un impedimento para, siquiera, conocer a tan afamado rey. Trabajó de día y noche, ahorró al máximo sus gastos y cuando tuvo una cantidad suficiente para el viaje, vendió sus escasas pertenencias, compró ropas finas, algunas joyas y emprendió el viaje.

Algunas semanas después, habiendo agotado casi todo su dinero y estando a las puertas de la ciudad se acercó a un pobre limosnero a la vera del camino. Aquél pobre hombre tiritaba de frío, cubierto sólo por harapos. Sus brazos extendidos rogaban auxilio.

Imploró con una débil y ronca voz: Estoy hambriento y tengo frío, por favor ayúdeme... ¿por favor?

El joven quedó tan conmovido por las necesidades del limosnero que de inmediato se deshizo de sus ropas nuevas y abrigadas y se puso los harapos del limosnero. 
Sin pensarlo dos veces le dio también parte de las provisiones que llevaba.

Cruzando los umbrales de la ciudad, una mujer con dos niños tan sucios como ella, le suplicó: - ¡Mis niños tienen hambre y yo no tengo trabajo!

Sin pensarlo dos veces, nuestro amigo se sacó el anillo del dedo y la cadena de oro de cuello y junto con el resto de las provisiones se los entregó a la pobre mujer. Entonces, en forma titubeante, continuó su viaje al castillo vestido con harapos y carente de provisiones para regresar a su aldea.

A su llegada al castillo, un asistente del Rey le mostró el camino a un grande y lujoso salón. Después de una breve pausa, por fin fue admitido a la sala del trono.

El joven inclinó la mirada ante el monarca. Cuál no sería su sorpresa cuando alzó los ojos y se encontró con los del Rey. Atónito y con la boca abierta dijo: - ¡Usted... usted! ¡Usted es el limosnero que estaba a la vera del camino!

En ese instante entró una criada y dos niños trayéndole agua al cansado viajero, para que se lavara y saciara su sed. Su sorpresa fue también mayúscula: -¡Ustedes también! ¡Ustedes estaban en la puerta de la ciudad!

- Sí, replicó el Soberano con un guiño-- yo era ese limosnero, y mi criada y sus niños también estuvieron allí.

- Pero.. pero... ¡usted es el Rey! ¿Por qué me hizo eso?, Tartamudeó tragando saliva, después de ganar un poco de confianza.

- Porque necesitaba descubrir si tus intenciones eran auténticas frente a tu amor a Dios y a tu prójimo -dijo el Monarca-. Sabía que si me acercaba a ti como Rey, podrías fingir y actuar no siendo sincero en tus motivaciones. De ese modo me hubiera resultado imposible descubrir lo que realmente hay en tu corazón. Como limosnero, no sólo descubrí que de verdad amas a Dios y a tu prójimo, sino que eres el único en haber pasado la prueba.

- ¡Tú serás mi heredero! --sentenció el Rey-- ¡Tú heredarás mi reino!

viernes, 26 de septiembre de 2014

Compartiendo vida... Los proyectos


Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos proyectando qué hacer en cada momento, que cosas queremos realizar y que metas nos proponemos alcanzar.

Los proyectos no siempre suponen grandes o difíciles acciones para conseguirlos, a veces son pequeños pasos que lentamente nos llevan a su consecución.

Hay proyectos sencillos en el día a día que no requieren mayor esfuerzo que el de seguir viviendo como lo hacemos habitualmente.

Sin embargo los proyectos importantes requieren de nuestra atención, pensamiento, realismo, vigor y oración pausada.

Ningún proyecto importante, en lo vital, se alcanza con un sólo paso... pero cada paso es necesario para alcanzarlo.

No dejes nunca de soñar tu propio sueño, de alcanzar tus propias metas, de reflexionar sobre lo que eres y lo que quieres ser, de vivir desde el proyecto que quieres realizar en el que sientes a Dios como centro de tu actuar.

Si das un primer paso vendrá un segundo, y un tercero, y un cuarto... y te darás cuenta de que los grandes proyectos están dentro de ti, tan sólo tienes que tener la valentía de cogerlos en la palma de tus manos, contemplarlos, mirarlos, mimarlos, ordenar y decidir qué quieres hacer con dichos proyectos.

El mejor proyecto de tu vida eres tú mismo, no lo dudes. 

Dios es el arquitecto, nosotros los constructores.

Encar_AM

jueves, 25 de septiembre de 2014

QUÉ TRISTE ES


Qué triste es la vida de los que valoran más las cosas que las personas.

Sufren y hacen sufrir a los demás, sin ser felices.
    
Son pobres porque lo material es su única riqueza.
    
Saben ganar dinero, pero no saben amar ni ganar amigos.
    
Si el materialismo te ciega, abre los ojos y en una recta escala de valores, ama más lo espiritual que lo material, más a las personas que a los objetos, más lo interior que lo exterior.
    
Crece en humanismo para que goces de un corazón bondadoso y sereno.
    
Dichoso eres cuando tu hogar está primero que tu trabajo, cuando amas y cuando te esfuerzas por amarte.

 

martes, 23 de septiembre de 2014

Compartiendo vida... Ama y haz lo que quieras


Atrévete a querer, a darte a conocer con lo que eres y desde lo que eres!.

Atreverse a querer es de personas sencillas, profundas, que sienten y viven para y por los otros.

Atreverse a querer supone un riesgo, a veces el cariño puede no ser correspondido y eso conlleva sufrimiento porque quisiéramos que las cosas fueran diferentes; pero también es cierto que aquellos que aman son mucho más felices que aquellos que guardan lo que son para sí mismos.
Querer es abrir el corazón a otra persona, confiar plenamente, sentir los latidos propios y los de los demás.

El "querer" no es algo que nos podamos proponer, el cariño viene por si solo y se va fortaleciendo con el encuentro, la sinceridad y confianza.

¡Atrévete a querer! a pesar de todo y sobre todo pues te aseguro que nada dará mayor felicidad a tu vida que el hecho de amar y ser amado.

San Agustín dijo "Ama y haz lo que quieras"... que tu amor sea universal, duradero, sincero y, sobre todo, que seas capaz de expresarlo en voz alta con tu vida, con tus gestos, con tu entrega, con tu apertura a los otros y con tu caridad siempre latente.

Encar_AM

lunes, 22 de septiembre de 2014

Tiende tu corazón


Tiende tu corazón es abrir los brazos a las realidades que nos rodean.

Tiende tu corazón es una llamada a salir de nosotros mismos y entregarnos a los demás desde lo que somos, tal cual somos.

Tiende tu corazón nos invita a lanzarnos a la gran aventura de darnos, extender nuestras manos para llegar a las personas más cercanas y a las más lejanas..

Tiende tu corazón, pero nunca solos, nuestro anhelo es tender el corazón a los otros junto a los demás… junto a aquellos que piensan que en el corazón humano reside el Amor de un Padre misericordioso que se entrega y nos recuerda lo más importante de la vida: Amar y ser amados.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Utensilios cristianos para el curso


Lápiz Para apuntar aquello que merezca la pena

Goma Para borrar, no del papel y sí de la memoria, lo que nos hace sufrir o paraliza nuestro dinamismo.

Mochila Para guardar lo imprescindible para ser feliz: amistad, ayuda, alegría, serenidad, reflexión, paz.

Gafas Para no dejar pasar de largo las sensaciones que pueden hacernos más y mejores personas

Sacapuntas Para afinar nuestra personalidad, para no “sacar punta” a los defectos de los demás.

Lupa Para ser prudentes en nuestros juicios y precavidos con lo que nos dicen y vemos

Agenda Para apuntar aquello donde, sin excusa y con valentía, hemos de estar presentes.

Compás Para marcar la diferencia entre el bien y el mal, para delimitar aquello que nos puede dañar.

Calculadora Para saber sumar aquellos instantes en los que hemos realizado algo por los demás y, por lo tanto, las horas en las que hemos aumentado y no restado felicidad.

Tijeras Para cortar, de nuestras palabras y actos, todo aquello que incita a la violencia, al gamberrismo o a la pereza.

Libros Para adentrarnos en la sabiduría y adquirir una óptica de la historia y del mundo.

Cruz Para comprender que, sin Dios, nuestra educación no es íntegra ni está acompañada por una fuerza suprema.
Para dar testimonio de lo que somos: cristianos.


jueves, 18 de septiembre de 2014

Bienaventuranzas del profesor

1. Bienaventurado el profesor que, aún a riesgo de no ser entendido, insiste en su tarea: el tiempo dará su fruto.

2. Bienaventurado el profesor que, aún sabiendo, pone su sabiduría en las manos de Dios: llegará al fondo de muchas cuestiones.

3. Bienaventurado el profesor que entiende su trabajo como una vocación: será una fuente inagotable.

4. Bienaventurado el profesor que, además de promover la cultura, arma con valores las mentes de sus alumnos: será forjador de la futura sociedad.

5. Bienaventurado el profesor que, en sus ratos libres, acude a la contemplación y a la oración: se llenará de paz y de serenidad.

6. Bienaventurado el profesor que confía en las posibilidades de sus alumnos: se realizará vaciándose en ellos.

7. Bienaventurado el profesor que se actualiza y no se queda desfasado: comprobará que las materias son las mismas pero, las formas, es bueno ajustarlas.

8. Bienaventurado el profesor que comparte lo bueno y lo malo con sus compañeros: no se sentirá sólo en la difícil tarea de educar.

9. Bienaventurado el profesor que, más allá de sus calificaciones, mira a sus alumnos con una sonrisa y con comprensión: la empatía será una consecuencia.

10. Bienaventurado el profesor que, lejos de disfrutar de los errores de sus alumnos, se esfuerza por llevarlos hacia la perfección: adquirirá la fama de un profesional.

11. Bienaventurado el profesor que, huyendo del automatismo, ama lo que hace y se nota que vive lo que dice: será tenido en cuenta por sus criterios.

12. Bienaventurado el profesor que disfruta dando lo que tiene: será rico por lo que supo dar y cómo lo dio.

13. Bienaventurado el profesor que, además de la matemática, aprende a llevar a la pizarra los sentimientos que afloran en el aula: le llamarán “persona”.

14. Bienaventurado el profesor que se involucra en su tarea con todos sus valores y capacidades: su compromiso será su mejor valedor.

15. Bienaventurado el profesor que observa que, delante de él, no hay “robot” sino personas: conquistará muchos amigos para el mañana.

16. Bienaventurado el profesor que se vacía de sí mismo para llenar el alma, la mente y el corazón de sus alumnos: su esencia permanecerá en las futuras generaciones.

17. Bienaventurado el profesor que vive y disfruta sembrando: otros recogerán lo que él sembró.

18. Bienaventurado el profesor que se muestra tal y como es: sus alumnos le recompensarán con la misma medida.

19. Bienaventurado el profesor que, estando con los pies en la tierra, no olvida a Dios que habita en el cielo: no le faltará nunca fuerzas para seguir educando hombres y mujeres que vivan volcados, no solamente para sí mismos, sino orientados hacia el bien de los demás.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Quieres conocer a Jesús?

Reza Un amigo se conquista y se conoce con el diálogo.

Confía La confianza expresa algo muy importante: pensar en alto con otro.


Escucha El evangelio es el habla de Jesús de Nazaret.


Medita Antes de hablar, piensa. Acércate a la Biblia
.
Actúa Cuando uno descubre algo importante…lo da 
a conocer.

Vive Aliméntate de la eucaristía. Sin ella se pierden fuerzas


Comparte Dios te ha dado mucho.


Comprométete Sin ti muchas cosas no podrán llevarse a  cabo

Lee La historia de Jesús, no las novelas sobre El, son apasionantes. Elige bien
.
Manifiéstate Occidente necesita de nuevos impulsores de la paz y del amor de Dios.


Conviértete Nadie somos perfectos. Pero, Dios, nos ayuda a superarnos.


Perdona  No te sientas débil porque, aparentemente, te humillan. Perdona y olvida. Sufrirás menos.


Habla de Dios El megáfono de Dios eres tú. No lo olvides


Ayuda Las manos de Jesús son las tuyas

.
Escucha Los oídos de Jesús son los tuyos

.
Ama El corazón de Cristo está dentro de ti.


http://reflejosdeluz11.blogspot.com/

martes, 16 de septiembre de 2014

Trabajar en común... como las hormigas


El trabajo de las hormigas y sus ocupaciones son muy parecidas a las de las personas. Siempre se han caracterizado por su laboriosidad. Realizan todo tipo de trabajos, vamos a ver algunos. 

Hay hormigas carpinteras que se introducen en las madera y la dejan hueca por dentro. Existen también hormigas recolectoras que viven de las semillas y de las hojas que reúnen y almacenan para alimentarse durante el invierno. Éstas son las más previsoras. Hay hormigas guerreras que son las que defienden los hormigueros de las agresiones externas. La hormiga albañil se encarga de hacer los enormes hormigueros. También esta la hormiga reina, cuya misión es poner huevos y hacer que nazcan nuevas hormigas...

En una cosa coinciden todas las hormigas: en el trabajo, la laboriosidad y el sentido de grupo. Estos pequeños y diminutos animales nos dan ejemplo de trabajo bien hecho y de constancia al trabajar unidos. Las hormigas poseen 

Una distribución social muy interesante. Cada una realiza el trabajo que le ha sido encomendado para beneficio del grupo. Lo más importante no es lo que hace cada una sino lo que son capaces de hacer juntas. Así cuando llega el frío invierno todas las hormigas tienen alimentos y enormes hormigueros donde descansar.

http://reflejosdeluz11.blogspot.com/

viernes, 12 de septiembre de 2014

AMOR SE ESCRIBE CON LA PALABRA TIEMPO



Cuando Juan tenía cinco años, la maestra del jardín de infantes pidió que los niños dibujaran alguna cosa que amaran mucho. Juan dibujó a su familia. Después, trazó un gran círculo con lápiz rojo en torno a las figuras. Deseando escribir una palabra encima del círculo, se levantó de su mesita y fue hasta el escritorio de la maestra y le preguntó:
- Maestra, ¿cómo se escribe...?

La maestra no lo dejó concluir la pregunta. Le ordenó volver a su lugar y no interrumpir más la clase. Juan dobló el papel y lo guardó en el bolsillo de su delantal. Cuando regresó a su casa, aquel día, recordó el dibujo y lo sacó del bolsillo. Lo alisó bien, sobre la mesa de la cocina, buscó un lápiz en su mochila y se quedó pensativo, mirando el gran círculo rojo que rodeaba las figuras. Su madre estaba preparando la cena, yendo y viniendo, poniendo la mesa en el comedor. Juan quería terminar su dibujo antes de mostrárselo y entonces preguntó:
- Mamá, ¿cómo se escribe...?
- Juan, por favor, ¿no ves que estoy ocupada? Ve a jugar afuera y no golpees la puerta al salir.

Juan dobló el dibujo y lo guardó en el bolsillo de su pantaloncito. Aquella noche, después de cenar, Juan volvió a sacar el dibujo de su bolsillo. Fue hasta la cocina, tomó un lápiz y observó el gran círculo rojo en la hoja. Se sentó en el piso de la sala, cerca del sillón de su padre. Alisó bien los dobleces del dibujo y dijo a su padre:
- Papi, ¿cómo se escribe...?
- Juan, estoy leyendo y no quiero ser interrumpido. Ve a jugar afuera y no golpees la puerta al salir.

El pequeño, dobló otra vez la hoja y la guardó en el bolsillo. 

A la mañana siguiente, cuando su madre separaba la ropa para lavar, encontró en el bolsillo del pantaloncito de Juan, envueltos en un papel, una piedrita, un pedazo de hilo, y dos bolitas. Todos los tesoros que juntaba cuando jugaba fuera de casa. Ella ni siquiera abrió el papel. Tiró todo a la basura. 

Los años pasaron, y cuando Juan tenía 28 años, su hijita de cinco, Ana, hizo un dibujo en el jardín de infantes. Era el dibujo de su familia. El padre rió cuando ella, señalando una figura alta y de forma indefinida, le dijo:
- Este de aquí eres tú, papi.


La pequeña también rió. El padre se quedó observando el gran círculo rojo hecho por su hija alrededor de las figuras, y, lentamente, comenzó a pasar el dedo sobre el círculo. Ana descendió rápidamente del regazo de su padre y le dijo:
- Papi, vuelvo enseguida.

Y volvió con un lápiz en la mano. Se acomodó otra vez en las rodillas de su padre, posicionó la punta del lápiz encima del gran círculo rojo y preguntó:
- Papi, ¿cómo se escribe "amor"?

Juan abrazó a su hija, tomó su manito y la fue conduciendo, despacio, ayudándola a formar las letras, mientras le decía:
- Querida hija: "amor", se escribe con las letras: T...I...E...M...P...O 

Si no tenemos tiempo para amar, deberíamos crearlo, al fin y al cabo, el ser humano es un poco de creatividad, y el tiempo... bueno, el tiempo es una elección de cada uno. La velocidad crea el olvido.

Graciela E. Prepelitchi 
Argentina

Un Abrazo, que Dios te bendiga, te muestre su rostro, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad;

lunes, 8 de septiembre de 2014

Himno al Nacimiento de María




Himno
I
 
Hoy nace una clara estrella,
tan divina y celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace de ella.
 
De Ana y de Joaquín, oriente
de aquella estrella divina,
sale luz clara y digna
de ser pura eternamente;
el alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.
 
No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella
y con luz tan celestial,
que, con ser estrella, es tal,
que el mismo Sol nace de ella.
 
Gloria al Padre, y gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.


 
O bien
II
 
Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
 
Canten hoy pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.
 
Dignan, Señora de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.
 
Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.
 
Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense desde ahora,
para cuando venga Dios.
 
Y nosotros que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también
el corazón y las manos.
 
Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.



¿Qué es la fe en Dios?



El pequeño Roberto asistía a la primaria y la maestra les encargó una tarea: 

“investigan qué es la fe en Dios”.

Intrigado, de regreso a casa le preguntó a su tío “¿Qué es la fe en Dios? Me la dejaron de tarea en la escuela”.
Con una amplia sonrisa, su tío le respondió: “¿En verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?”.

“Si”, respondió Roberto.
Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Roberto vivía en las paradisíacas playas de Cancún.

Una vez que llegaron, le entregó el chaleco salvavidas y las aletas.
“Pero yo no se nadar” dijo Roberto.
“Lo se”, le dijo el tío, “póntelos de todas maneras”.

Lo hizo.
“Ahora, comienza a caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás, ya que el chaleco te hará flotar”.

Roberto estaba aterrado “No tío, no quiero”.
“¡Hazlo!” Le respondió “Estaré junto a ti para que no temas. Así que tranquilo”.

Roberto confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su tío, aparte de que lo tenía cerca.
En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz.

Ambos salieron del mar. Camino a casa, su tío le explico:

“En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida y sientas que la lógica no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder el piso, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en EL, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con el, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y tranquilidad”.

Roberto quedó maravillado con la explicación de su tío y le dio las gracias. Cabe mencionar que la maestra quedó impresionada con la tarea y sacó la nota más alta de la clase

Dios les bendiga amigos y hermanos.

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martes, 2 de septiembre de 2014

Es bello caminar todos unidos



Es bello caminar todos unidos, como un solo hombre; es suave caminar apoyado en el hombro de mi hermano; es dulce compartir los gozos y las alegrías en grupo; ese hermoso hacer de nuevo el camino con las manos dadas.

Con tu Iglesia, Señor caminamos dejando huellas en la Historia; vamos subiendo contigo, tomando parte en tu destino…; dejamos a nuestro paso semillas profundas de tu Evangelio. Alienta nuestra marcha; anima nuestro peregrinar, Señor.

Caminamos en espera de la Vida eterna que nos aguarda; llevamos en el corazón la verdad de un más allá cercano; y nuestra fatiga se queda atrás al responder a tu llamada.


Haznos sembradores de paz a lo largo del camino; que germine la paz como fruto de la justicia en nuestra tierra; que nuestras manos se abran al corazón del hombre de corazón roto; y que dejemos en el camino el pan y la sal como señal de testigos.

http://reflejosdeluz11.blogspot.com/
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